Tres piezas comunicacionales nuevas

Lo virtual y lo real. La percepción mediada por los dispositivos audiovisuales. El movimiento y los sueños. Texto e imagen  como espacialidad. Y finalmente, el sexo, en su versión cybernética del deseo y la soledad. Universos que explora este tríptico de fotografìas en alta resolución intervenidas digitalmente.

“Así como desde el renacimiento los artistas creían hacer pintura religiosa y en realidad hacían obras de arte, ¿creen nuestros artistas modernos producir obras de arte y en verdad hacen otra cosa muy distinta? ¿Acaso los objetos que producen no son algo muy diferente del arte? Objetos fetiche, por ejemplo, pero fetiches desencantados, objetos puramente decorativos para un uso temporal. Objetos literalmente supersticiosos, que ya no corresponden a una naturaleza sublime del arte ni responden a una creencia profunda en él. Fetiches, pues, de inspiración similar a al fetichismo sexual, que también es sexualmente indiferente: al constituir su objeto en fetiche, el sujeto niega a la vez la realidad del sexo… no cree en el sexo, no cree más que en la idea del sexo (que, por supuesto, es asexuada). De la misma manera ya no creemos en el arte, sino sólo en la idea del arte (que, por supuesto, no tiene nada de estética)”.
Baudrillard, Jean
“El complot del arte”, 1986.







Trabajo en colaboración con la fotografa Gabriela Mittulo.